Los paisajes que rodean el salar son increíbles, y pude ver lagos en los que el agua tiene diferentes colores dependiendo del mineral (hierro, azufre, etc) sobre el que se asiente el lago.
Soy el bisnieto del que salía junto a su inseparable amigo Blas en Barrio Sésamo. De mi bisabuelo recuerdo su candidez, aquel peinado tan surrealista, su estridente risa y esa voz susurrante. Nadie como él.
Seguro que muchos pensáis que los muñecos sólo respondemos a estímulos tipo José Luis Moreno (odio a ese tipo). Pero no: ¿no recordáis al abuelo de Fraguel Rock? ¿Y al gnomo de Amelie? Somos mucho más autónomos de lo que podáis pensar. Este blog es una buena muestra de ello. Mi bisabuelo cruzó fronteras: En los países anglosajones le conocían por Ernie y en Latinoamérica como Enrique. Así que un día pensé: ¿Por qué no yo? ¿Por qué no emular a todos ellos?
La historia es más o menos así: Me regalaron para ser la compañía de dos gatos, luego un humano me robó de la casa de los gatos, me colocó en una torreta llena de píldoras y cuando me di cuenta estábamos viajando hacia Asia para dar la vuelta al mundo. El resto está en imágenes.
1 comentario:
hola, encontré tu blog de casualidad, y me gustó, muy aventurero parece Epi, y muy lindas las fotos de los lugares por los que andaba
saludos
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