Bye, bye, Love

No me gusta nada llegar a casa de un viaje largo y encontrarme con malas noticias, pero a veces pasa...

El sábado nos dejó Kermit Love, el anciano de largas barbas blancas al que los taxistas de Nueva York llamaban Santa Claus, pero que en realidad era un gran marionetista, el mejor. De sus manos y de su unión con Jim Henson en la década de los 60, nacieron los teleñecos y 'Barrio Sésamo', así que se podría decir que hoy me he quedado un poco huerfanito.

Bye, bye, Love, sin tí, el mundo, es un poquito más feo.

Tuneado

Este "salao" me regaló la insignia de sus líneas aéreas (Air Mauritius, creo que se llaman). A partir de ahora me veréis todavía más estrafalario y más customizado. Ya estoy en las Islas Mauricio.

En mi tronito

Parece que me he quedado fusilado mirando al sol. Es que no hay nada más imprevisible que los cielos africanos, y de los cielos las puestas de sol. ¡Espléndidas y esplendorosas! Por cierto, con lo guarrete que me habéis visto en otras ocasiones ya percibís que esta vez vengo a mantel puesto. A vosotros os lo digo: ¡Que me han tratado como si fuese el príncipe de Zamunda! Ni tú te podrías quejar Blas.

Esas trompas

No es que estuviera mirando al cielo por si iba a llover, es que para un pequeño mequetrefe como yo sostener unos prismáticos es toda una tarea. Al fondo podéis ver a una familia de elefantes, habitantes también de la reserva del Parque Kruger. Animalillos...

Ven aquí gatito

Yo hacía los mismos ruidos que cuando llamaba a Zarpa y a Pita. Bish, bish, bish. Pero no hubo manera. Después de hacer la foto, este leopardo se levantó, echó una meada y se fue tranquilamente enseñándonos los cuartos traseros. Como diciendo: ahí os quedáis.

No es Photoshop

Os la presento, es una leona. Ya sé lo que estáis pensando: ¡Qué osado el Epi tan cerca de una leona hambrienta! Pues pasó por mi lado y ni me miró. Y es que los peluches somos para los animales africanos como los tíos feos y gordos para las rubias. Que pasamos completamente desapercibidos, vaya. Después de estar unos días entre Zambia y Zimbabue viendo las cataratas Victoria hemos vuelto a Suráfrica para visitar el Parque Kruger.

Una chica Almodóvar

Y yo les decía a Luis y a Leti: ¿Por qué coño no me hacéis la foto desde allí? ¿Es que no veis que se ve más catarata? Pero nada, ellos erre que erre, que te empalamos otra vez y te hacemos la foto desde aquí. Así que ya me veis con los bracitos abiertos en plan chica Almodóvar: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Vaya vista

Aunque no las descubrió fue el doctor Livingstone (supongo) el que puso en el mapa las cataratas Victoria. Las encontró cuando buscaba las fuentes del Nilo. Yo, que también he estado en las de Iguazú (Brasil y Argentina) os puedo asegurar que no tengo ni idea de cuáles me parecen más impresionantes. Quizá las Victoria, quizá no. Esta foto la tomé desde un helicóptero (era la primera vez que subía en uno). Desde allí arriba se oía el tremendo rugido del agua al caer.

Los piños de ese niño

Aquí estoy en el puerto de Ciudad del Cabo. Parece que alguien me ha empalado (aunque como siempre intento no perder la sonrisa). Ya veis otra señal de que la segregación racial ha pasado a la historia en el país africano. Estos niños son negros y parece que van a un buen colegio. Sus sonrisas, sobre todo la del de mi izquierda (vaya dientes), denotan que son felices. Estamos muy cerquita del Cabo de Buena Esperanza, que junto con el de Hornos es quizá el más conocido del mundo.

Black power

Yo soy así: veo un puño en alto y allí que me tiro. ¿Os acordáis de los atletas afroamericanos que recibieron con el puño en alto sus medallas en los Juegos Olímpicos de México? Por aquellos años en Suráfrica los negros eran considerados bestias pardas, menos que nada. La isla de Robben fue el lugar en el que Nelson Mandela y otros muchos fueron recluidos. Hoy es el símbolo de la lucha y la tenacidad del ser humano ante las injusticias.

Mr Mandela: la mejor persona del mundo

Ya estoy en África. Ayer intentamos bajar en una jaula a ver al temible tiburón blanco, pero el mal tiempo nos lo impidió. Luis se tiraba de los pelooos. Si parezco un poco triste es porque lo que veis detrás de mí es la celda de 2,5X2,5 m en la que pasó más de 20 años Nelson Mandela por su oposición al apartheid. Yo estuve solo unos segundos, pero me puse algo nerviosillo.