Leo ya no está indocumentado

Pues sí, Leo ya tiene su Dni y su pasaporte. En poquísimo tiempo le acompañaré en su primer viaje oficial: probablemente nos dirijamos a Tailandia y al Sur de India. No hay más que ver su cara: ¡La aventura nos espera!

Los colegas mochileros

Fue en el Nómada Market. No salí de mi asombro cuando me lo contaron. Además del gnomo de Amelie y del menda hay más muñecos que viajan por el mundo. Estos chicos, los Woosbis, también le dan al gorroneo mochilero, y no tardan ni un tres con dos en meterse en la mochila de los amigos que se dirigen a un aeropuerto. ¡Bien por ellos!

Luces de neón

Y cómo suena: ¡¡¡Flamingo!!!

Tirando de collage

Este es uno de los collage que Laura hizo para celebrar aquella vuelta al mundo y que ahora ocupa la ventana ciega de Blanquita. Pues eso, a comerse el mundo.

Customizando a Blanquita

Nada más llegar de Orlando me lanzaron la propuesta: "Toma a Blanquita y haz con ella lo que quieras". A ver qué os parece cómo quedó.

Me acerco peligrosamente III

Soy como la cabra de la Legión: no tengo miedo a la muerte. Bueno, desvelamos el misterio: estos motores pertenecen a un cohete que salía en misión espacial en unos días. Pero ya casi se los oía rugir.

Me acerco peligrosamente II

Soy como el hijo de Jesulín delante de un toro: lo motores de los cohetes no me despeinan ni el flequillo.

Me acerco peligrosamente I

Eso que se ve al fondo parece un cohete. ¿Dónde irá? ¿Se convertirá por fin el Epi en el primer muñeco que va al espacio? Va a ser que no: a los yanquis les falta sentido del humor.

En el Centro Espacial Kennedy

De nuevo surfeando. ¿Qué será aquello que se ve a lo lejos? Hemos tenido que pasar algún controlillo (nada rutinario) para llegar hasta aquí. ¿Cuál será el misterio?

Hay que pasarlo bien

Ya sé que a muchos no os gustan demasiado los desmanes que los norteamericanos han hecho los últimos años por el mundo. A mí tampoco. Pero ahora que ha llegado el Obama Time, he regresado para darles una nueva oportunidad. ¡Y estoy en Orlando! La ciudad del tomate. Aquí me tenéis haciendo como que surfeo en el Sea World, un parque acuático que mola del copón. Como os decía al principio: hay que viajar, y allí donde se esté intentar pasarlo bien.

40 tacos

Hoy cumplo 40 tacos, o eso dicen por ahí, porque la verdad es que yo me siento como un chaval.

¿Y esto qué es?

Y luego nos encontramos con esto...

Cosas freakies

Al día siguiente nos encontramos algunas imágenes raras por Milán. Por ejemplo esta pareja interracial que se estaba haciendo las fotos preboda. Vaya cuadro.

Y dentro

Después de haber estado dentro de los estadios Maracaná (Río de Janeiro) y la Bombonera de Boca Juniors (Buenos Aires) esta vez toca San Siro. Al partido le quedaba una hora para empezar y el ambiente se iba caldeando.

Fuera de San Siro

Y poco a poco fuimos llegando a San Siro, un estadio mítico en el que juegan tanto el Milán como el Inter. Paramos en la estación Lotto y nos tocó andar unos 15 minutos hasta llegar hasta las inmediaciones del estadio. Ambiente festivo y buen rollo entre las aficiones. A mí, como casi siempre, la gente me miraba raro. ¿Qué coño hará este aquí?

Una birra, per favore

Si os fijáis en las medidas, este vaso es casi tan grande como yo. Es como si vosotros os metierais pa'dentro un tanque de cerveza. No pude con toda, claro. Además no eran plan de llega al partido y ver a 44 jugadores sobre el campo.

Los añorados tranvías

Es una pena que en España casi no queden tranvías. Como veis el ayuntamiento de Milán decidió pintar los de la ciudad con mi color, en mi honor. Aquí estoy, más ancho que largo.

En el Duomo con Charly

Pues aquí estoy, con un tío grande, el Charly. Hemos venido a ver el partido de la Champions League entre nuestro querido Real y el Milán. Milán nos ha recibido con buen tiempo, algo extraño para esta época del año. Aquí estamos en la Plaza del Duomo, con la catedral al fondo.

Emerita Augusta

Y terminamos este recorrido peninsular en Mérida, un día de niebla que daba miedo. Si os fijáis casi ni aparezco en la foto, y estaba un poco borroso.

Epi en Lepe: la leche

Estando por la zona, no podíamos obviar una visita a un pueblo de chiste: Lepe. Los "leposos", no os creáis, están forrados. Muchos se dedican a la fresa y, vaya, que no falta el pijerío en este pueblo onubense. Por supuesto, muchos de los inmigrantes que recogen esa fresa viven en lugares insalubres e indecentes. Porque, "quillo, que recojan pero luego que no se dejen vé".

El póster freaky

¿Qué os parece el póster que nos encontramos en una pared de Lepe? Digno del pueblo... megafreaky.

En Portugal

¿Y qué hay más típico de Portugal que los azulejos? Hace años todo el mundo que iba para allá compraba toallas. ¡Cómo ha cambiado desde entonces Portugal! Yo siempre lo digo: el país luso es el gran desconocido. Tan cerca y a veces tan lejos. Es precioso, de punta a punta. Aquí estoy en Tavira, una pequeña localidad costera al sur. Y como su propio nombre indica: Esta Pa Ver.

Una película de Hichko

Y es que llegué al puerto de Isla Cristina y aquello una escena de Los Pájaros. Acababa de llegar un barco con carga y las gaviotas y alrededores estaban como una moto. No os creáis llegué a temer por mi integridad. Al fin y al cabo, los pájaros no saben si soy muñeco o pez.

Los Testigos

Los que siguen este blog ya saben que en cuanto veo un freaky religioso allá que me voy. Y nada más llegar a la localidad onubense de Isla Cristina me encontré con el centro de los Testigos de Jehová. Ellos lo llaman el Salón del Reino, pero en realidad es un centrillo. ¡Ay, cuánta tontería hay por el mundo!

El primo Pedro

A Pedro todos lo conocemos como el Primo. No porque sea un primo precisamente. De hecho, es más listo que el hambre. Nos acogió en su casa de Conil. Allí pude visitar antros como el Curro Jiménez o el Caché. Aquí estoy con Pedro en el faro de Trafalgar, cerca de los Caños de Meca. Ese Primooo.

Me escondo

Esta vez nos hemos ido en familia. Fuimos primero a Cádiz, luego a Huelva, cruzamos a Portugal y acabamos en Mérida. El niño Leo se da algún golpe en la cabeza de vez en cuando, pero sigue tan risueño y juguetón como siempre. En esta imagen intentó hacerse con la cámara justo cuando estaba sacando la foto.

A ver quién se ríe más

Aquí estoy en la madrileña Plaza de las Comendadoras. Este es Jon (más conocido en los círculos judokas como Jon Kon Fui), un amigazo. Y es que con los niños, como son de mi altura, casi me encuentro más a gusto. Con los adultos siempre lo mismo, mirar hacia arriba y decir a todo que sí.

Las Blues Sisters

Aquí las tenéis, dispuestas a todo, igual se cantan una versión del "Como una ola" de Rocío Jurado que se echan al ruedo con un tema de Mercedes Sosa. En Cuba, bien es sabido, hay gente muy, muy rara.

Compay Tercero

Cantaba con un grupo por las calles de la Habana Vieja. Cuando le grité que parecía el hermano de Compay Segundo se acercó y me dijo: "Nada d'eso, muchacho, me hisieron a mí y se rompió el molde".

Las mentirijillas

Los cubanos, guasones ellos, al cubalibre (a nuestro cubata) le llaman "mentirijilla". ¿Pa' cuándo la libertad?, se preguntarán ellos. De momento yo estoy de Fiebre de Sábado Noche: tomando un mojito y sonriendo al personal.

Otro vehículo cubano

Son tres días y es el tercer "vehículo" made in Cuba. Está foto me la hicieron por la zona de Viñales y Pinar del Río, sin duda la más frondosa de la isla. Las vacas son un bien muy preciado por estos lares. Son propiedad del Estado y está prohibido sacrificarlas. A veces uno piensa si a los Castro no les importará más las vacas que su propia gente.

En 1952

Como es bien conocido por todo el mundo, los cubanos son capaces de convertir una cafetera en un carburador. ¿Cómo si no podrían llegar hasta nuestros días cacharros de hace tantos años? Me hice esta foto como homenaje a la inventiva y la perseverancia del pueblo cubano.

El moto-taxi cubano

Estoy de nuevo en la Isla con mayúsculas. Aquí me tenéis, ya habaneando. Fue llegar y besar el santo. Me hice con este Coco Taxi y me fui a buscar gente al malecón. ¿Sabéis que le pusieron el color naranja para homenajearme?

No es photoshop

Estoy seguro de que muchos estáis pensando que es un montaje, pero no. Me sumergí en aquellas peligrosas aguas infestadas de tiburones, sin equipo y sin tirabuzones... el Epi y la Naturaleza. Eso sí, acabé calado y salado.

Me molan los barcos

Estamos lejos de la zona donde "curran" los piratas somalíes, así que de momento podemos disfrutar. Por cierto, mi compañera de viaje es Gemuchi, y el objetivo de esta aventura es hacer un reportaje para la prestigiosa revista Traveler.

En la Polinesia

Estoy en Polinesia (un grupo de islas perdido en el océano Pacífico). Es la primera vez que visito Oceanía (si es que Tahití está en Oceanía. Puede que no esté en ningún lugar). Las fotos, eso sí, han llegado con un retraso increíble (este viaje lo hice a principios de año). Bueno, más vale tarde que nunca. Ya sólo me queda viajar a la Antártida para completar los 6 continentes. Seguro que muchos piensan que no iré, pero tiempo al tiempo. De momento, voy viento en popa.

Por los suelos

Yo es que es ver un estampado bonito y me tiro por los suelos para sentirlo y tocarlo. Y me tiro un rato, y otro rato...

No lo podía evitar

Y mucho más rato.

Me aburro

Me aburría, y en todos los vuelos se leía eso de "Go to Gate". "Go to Hell", pensaba yo, ¿cuándo sale mi avión?

Esperar en los aeropuertos

Hicimos escala en Sidney, y aunque no pudimos salir del aeropuerto, no quise dejar pasar la ocasión de hacerme algunas fotillos en Australia. Con las piernitas cruzadas.

Por fin en Oceanía

Este es un momento clave en la vida de este blog: la primera foto en Oceanía. ¡Ya sólo me queda la Antártida! Por fin hemos abandonado el ruido de las grandes urbes y hemos llegado a las tranquilas aguas de Fidji, otro archipiélago gigante del océano Pacífico. Y es verdad, la foto no está muy bien encuadrada.

De postal

Aquí estoy... lo que se ve al fondo es un supositorio gigante.

Espatarrao

Un lugar curioso Hong Kong. Los chinos con mucho dinero vienen hasta aquí a comprar todos esos lujos que no encuentran fácilmente en sus ciudades (a no ser que sean de Shangai). Cuentan que como los edificios son tan altos, muchos hongkoneses tiran sus electrodomésticos por las ventanas, y que no es raro que algún viandante muera por el impacto de una lavadora o un frigorífico. ¡Qué muerte más freaky!

Alto standing

Ya sabéis que Chris y Bibi se lo montan bien. ¿Si podemos ir en Primera para qué vamos a ir en Turista? Y lo bueno de los muñecos como yo es que consumimos pero no pagamos. Porque, ¿qué creéis que pasó con la copa de champaña que me acompaña? Este vuelo acabo en un lugar curioso, Hong Kong.

Como Félix Rodríguez de la Fuente

Dejo para el final la foto más molona del viaje. Es ésta que hicimos en Nara, uno de los lugares más bellos de Japón. Está situado cerca de Kioto y es visitado a diario por cientos de estudiantes. Templos y más templos, a cual más bonito. Los ciervos son otro de los atractivos de la ciudad. Chicos, NOS VEMOS MUY PRONTO.

Una imagen que define un país

Y es que pasan los años y Japón sigue siendo un lugar extraño. ¿Qué hacen los enanitos junto a los Andy y Lucas japoneses? Nunca lo entenderíamos.

¿Esto qué es lo que es?

Y es que el artefacto este no paraba de dar vueltas. Y yo venga y venga a fijarme en todo. Acabé medio mareado, claro. Lo bueno de Japón es que te encuentras con las cosas más inverosímiles. Justo cuando pensabas que algo no existía, ¡zas!, te das de bruces con ello.

Con Keiko otra vez

No lo puedo describir de otra manera: es un puntazo encontrarme con Keiko en Japón. Aunque la tengo más vista que el tebeo me hace una ilusión tremenda volver a ver a mis queridos amigos japos, Keiko y Yutaka, siempre dispuestos a enseñar Tokio a los españoles que se dejan caer por aquellas tierras. Mirad cómo me coje, qué confianza.

Hace muchos años

Lo que se ve al fondo es el edificio Dakota. A las puertas de este siniestro bloque fue asesinado en 1980 John Lennon. Lauren Bacall, Leonard Bernstein, Judy Garland o Boris Karloff también vivieron en alguno de sus pisos. Amigos esto es el Upper West Side. Ná menos.

Mama se dice Moma

¡Ay, qué chulada! Aquí estoy detrás de una obra de arte en el Moma, museo por antonomasia de la ciudad de Nueva York. Mis amigos me dejaron colgado de una de las paredes, y muchos visitantes se paraban extrañados a observarme. Uno me dijo incluso: "Ernie -así me llaman por estos lares-, te estoy viendo bien cerquita, pero sé que cuando vuelva al pueblo nadie va a creer lo que tengo que contar".