
¿Y este pico? Es nada menos que el Fitz Roy, una de las montañas míticas de los Andes. Si es verdad que el viento vuelve loca a la gente, los habitantes de el Chanten, el pueblecito en el que dormimos, no deben de estar muy cuerdos. Un día antes estuvimos haciendo dedo por la mítica ruta 40, que corre paralela a los Andes durante miles de kilómetros.
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