De vuelta a la civilizacion. Aqui estoy en las concurridas calles del barrio de Thamel. Prefiero el campo, pero un poco de ajetreo no me ha venido mal. Ruidos, bocinas y polucion.
A la izquierda, otro para la coleccion, el Daulaguiri. El camino que se ve lleva a un pueblo de nombre extrano por estas tierras: Jomson (vaya, que mas parece el apellido de un atleta norteamericano).
Ahi esta, al fondo se divisa el paso de Thorung La, a casi 5.500 metros. Faltaba el oxigeno y el frio era tremendo. Una cosa mas que puedo tachar de la lista de cosas por hacer: pasar frio sin poder respirar.
Mis viejos amigos los yaks. Os acordais de aquel anuncio de hace anos, busco un hombre llamado Jack. Pues yo lo encontre hace un tiempo en Tibet y ahora lo vuelvo a encontrar en tierras nepalies. Que animalazo.
Lo que no se ve al fondo es el primer 8.000 que espero ver en esta pequena expedicion himalayica. Con todos ustedes, el Manaslu entre nubes. No hubo suerte esta vez, pero lo que se intuia era algo inmenso.
Soy el bisnieto del que salía junto a su inseparable amigo Blas en Barrio Sésamo. De mi bisabuelo recuerdo su candidez, aquel peinado tan surrealista, su estridente risa y esa voz susurrante. Nadie como él.
Seguro que muchos pensáis que los muñecos sólo respondemos a estímulos tipo José Luis Moreno (odio a ese tipo). Pero no: ¿no recordáis al abuelo de Fraguel Rock? ¿Y al gnomo de Amelie? Somos mucho más autónomos de lo que podáis pensar. Este blog es una buena muestra de ello. Mi bisabuelo cruzó fronteras: En los países anglosajones le conocían por Ernie y en Latinoamérica como Enrique. Así que un día pensé: ¿Por qué no yo? ¿Por qué no emular a todos ellos?
La historia es más o menos así: Me regalaron para ser la compañía de dos gatos, luego un humano me robó de la casa de los gatos, me colocó en una torreta llena de píldoras y cuando me di cuenta estábamos viajando hacia Asia para dar la vuelta al mundo. El resto está en imágenes.